Clientes

Los clientes son una pareja con el sueño de vivir en un bonito apartamento cerca de la playa y rodeados de sus libros preferidos.

Objetivo

Lo más importante era abrir los espacios para disfrutar de una zona común abierta y aprovechar al máximo la luz natural.

Solución

Lo primero que decidimos fue generar un amplio espacio diáfano eliminando todas las divisiones entre el patio de manzana y la fachada. Así la luz natural lo inunda todo y se consigue una zona común mucho más amplia y agradable.

La cocina se mantiene abierta de manera habitual pero puede independizarse con unas puertas correderas de aluminio y vidrio que van de suelo a techo. Esto permite aislar el salón de olores y ruidos en los momentos de más actividad sin perder la conexión visual. Y además marca ese punto de personalidad que tanto nos gusta.

Para el  mobiliario de la cocina elegimos un elegante gris antracita combinado con blanco y se funde en uno con el armario de la entrada, haciendo que la transición entre los dos espacios sea fluida y pase inadvertida.

La librería del salón fue una petición expresa de la pareja para albergar su colección de libros. Les encanta leer y querían que tuviese un protagonismo especial. Así que la diseñamos completamente a medida para sus libros y objetos preferidos, en los mismos colores y formas que la cocina para unificar todo el espacio.

En la otra parte del piso quedan las habitaciones y el baño. Las puertas dan al salón para evitar malgastar el espacio en pasillos, por lo que se han panelado hasta el techo para imprimir ritmo a la pared y convertirlas en un elemento decorativo.

En esta zona más privada se prioriza el tamaño de la habitación de la pareja y se coloca en la fachada para que disfruten de las vistas y la luz. Y se saca el máximo partido al baño, dejando un pequeño despacho del tamaño indispensable para que pueda funcionar como cuarto de invitados. Este pequeño espacio guardaba una bonita sorpresa, un pilar de madera que decidimos dejar a la vista.